Por Jorge Escalante / La Nación
La solicitud la hizo el abogado querellante Nelson Caucoto
La petición fue formulada al juez Jorge Zepeda el viernes 12. En la investigación se han acumulado numerosas contradicciones que impugnan la versión oficial de un suicidio en el antiguo Hospital Militar.
En 1970, el P resi dente Salvador Allende escogió a José Tohá, un estrecho aliado y amigo suyo, como su p rimer ministro del Interior y luego se convirtió en el primer ministro acusado constituc ionalmente.
Son demasiadas las contradicciones acumuladas en la investigación por la muerte del ministro del Presidente Salvador Allende, José Tohá.
Por ello, para el abogado querellante, Nelson Caucoto, llegó la hora de efectuar por primera vez la reconstitución de lo que ocurrió el 15 de marzo de 1974 en la habitación 303 del entonces Hospital Militar.
El lugar, que hoy es el Hospital Metropolitano, está igual que entonces en su estructura e incluso queda parte del mismo mobiliario.
Caucoto pidió el viernes 12 al ministro Jorge Zepeda que efectúe a la brevedad la reconstitución del extraño suicidio de quien fuera ministro de Interior y Defensa de la Unidad Popular.
"Realizar esta reconstitución es extraordinariamente valioso, porque permitirá al juez situar a todas las personas en el mismo lugar donde ocurrieron los hechos. Hay muchas versiones contradictorias y existen en la investigación múltiples antecedentes que apuntan al homicidio del ministro Tohá, por eso la hemos solicitado al juez", explicó Caucoto a La Nación.
DISCREPANCIAS Y EXTRAÑEZAS
Serias contradicciones entre algunos médicos militares y civiles. Profundas discrepancias entre funcionarios policiales de ese tiempo y el médico criminalista de la Brigada de Homicidios de Investigaciones, Alfonso Chelén, respecto de la apreciación del lugar del hallazgo del cuerpo sin vida de Tohá.
Discrepancias entre informes policiales actuales y médicos militares de la época en cuanto al lugar donde se realizó la autopsia al cadáver. Señas de estrangulamiento que a juicio del doctor Chelén presentaba el cuello, versus la versión oficial del suicidio por ahorcamiento con su propio cinturón.
Además, desaparición de las fotos policiales tomadas ese día a la habitación y el cuerpo aún dentro del diminuto clóset donde se habría ahorcado un hombre de un metro noventa de estatura.
Un nudo en el cinturón que no resistió el primer tirón del médico criminalista para descolgar el cuerpo.
Un expediente perdido en el que quedaron registradas las diligencias realizadas por el fiscal militar de la época, Rolando Melo Silva, que hoy afirma no recordar casi nada de lo que hizo entonces por "lagunas mentales".
Desfile de militares y médicos castrenses ingresando frecuentemente a la habitación de Tohá vistos por soldados que montaban guardia al ingreso del cuarto, mientras los visitantes identificados lo desmienten.
La ficha clínica de Tohá desaparecida. Versiones absolutamente contradictorias entre algunos médicos militares acerca del estado físico del ministro: mientras uno dice que se encontraba en "muy buen estado físico", otros sostienen que "apenas podía caminar".
SOSPECHOSO CONTRADICTOR
Al perito Chelén, la Brigada de Homicidios de Investigaciones, dirigida por el general en retiro Ernesto Baeza, le presentó para que firmara un informe pericial no redactado por él acerca del hallazgo del cuerpo.
En el texto, lo obligaban a concluir que Tohá se suicidó por ahorcamiento, cuando Chelén sostuvo que lo mataron estrangulándolo. Por ello a Chelén lo echaron de la policía.
El entonces fiscal Melo afirma en el proceso que, a poco andar, sobreseyó la investigación de acuerdo con el dictador Augusto Pinochet, que ejercía como comandante en jefe del Ejército.
Melo sostiene con insistencia que la autopsia se efectuó en el Servicio Médico Legal de avenida La Paz, pero el médico que la hizo, Alfredo Vargas Baeza, señaló en el proceso que la realizó en el mismo Hospital Militar.
Cuando el perito criminalista Chelén se negó a firmar el informe que le pusieron en su escritorio con el "suicidio" de Tohá, convencido de que lo que vio fue un crimen, su principal contradictor en la apreciación del día de la muerte en el Hospital Militar fue el entonces funcionario de la Brigada de Homicidios Juan Saldías Valdés.
En los procesos por violaciones de los derechos humanos que instruía el juez Juan Guzmán, Saldías fue reconocido años después por sobrevivientes del MIR que estuvieron en centros clandestinos de detención como un comisario de Investigaciones y agente DINA, integrante de las agrupaciones Tigre y Vampiro con el alias de "Harry el sucio".
El doctor Chelén fue el primero en ingresar a la habitación donde estaba el cuerpo de Tohá, aún dentro del clóset, "colgado", pero con las piernas flectadas y los pies apoyados en el piso debido a su altura. Las primeras observaciones las realizó solo en la pieza antes de que llegaran los otros funcionarios de la Brigada de Homicidios.
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