Saturday, December 31, 2005

EL ÁRBOL DE LA VERDAD Y LA JUSTICIA











PARA NUESTRA AGRUPACIÓN, LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA ES POR EJEMPLO RECORDARLOS EN UN ACTO ESPECIAL EN NAVIDAD, ES ARMAR UN ÁRBOL DE LA VIDA Y LA DESCENDENCIA, UN ÁRBOL DE LA VERDAD, DE LA JUSTICIA Y DE LA PRESENCIA DE CADA UNO DE ELLOS EN ESTA CELEBRACIÓN NAVIDEÑA.

ALGÚN DÍA NUESTROS NIÑOS NOS PREGUNTARON PORQUÉ SE LOS LLEVARON, LUEGO PORQUÉ NO VOLVIERON Y MÁS ADELANTE PORQUÉ LOS MATARON, HOY, LOS HIJOS DE NUESTROS HIJOS NOS PREGUNTAN LO MISMO. Y MAÑANA, LOS HIJOS DE LOS HIJOS DE NUESTROS NIETOS TAMBIÉN SABRÁN QUE SON DESENDIENTES DE HOMBRES HONORABLES, IDEALISTAS COMPROMETIDOS Y SOLIDARIOS, QUE SOLO QUISIERON UN MUNDO MEJOR Y QUE POR ESA RAZÓN FUERON ASESINADOS.

LA RECUPERACIÓN Y PERDURACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA ES TENER LA ENTEREZA DE SER DESCENDIENTES DE ESOS HOMBRES, COMO FAMILIARES Y COMO PUEBLO. Y HONRAR SU MEMORIA, EN LA PERSISTENCIA DE LA VERDAD Y LA JUSTICIA, PARA QUE NUNCA MÁS EN CHILE SE COMETAN INPUNEMENTE CRÍMENES DE ESTADO.

Angélica Palleras
AFEPI
Vicepresidenta y RR.PP.
Iquique, diciembre de 2005

Sunday, December 04, 2005

La Fosa Clandestina de Copiapó




En la madrugada del 17 de octubre se sintieron unas ráfagas que venían desde los cerros, a la salida del pueblo. En el silencio del estado de sitio y de la noche se sintió la acción terrorista que venía de la cuesta. Al otro día salió publicado en la prensa local que los habían ejecutado por ley de fuga, que habían decidido trasladarlos y que a la salida del pueblo, en la Cuesta Cardones, los presos habían intentado huir y los habían matado Todo el pueblo pensó que los habían hecho bajar del camión, los habían hecho correr y los habían asesinado por la espalda y que no entregaban sus cadáveres porque tenían más balas de las necesarias que requiere una supuesta detención, o tal vez, los habían llevado hasta ese lugar y los habían fusilado, con un pelotón de fusileros y como no existían cargos ni razones judiciales que justificaran ese fusilamiento, se estaban justificando con un traslado y un intento de fuga.
En el Cementerio Municipal, lugar donde la prensa decía que habían sido sepultados, el administrador dijo que no sabía donde estaban y que habían estado unos militares por allá atrás del recinto, en el libro de ingresos diarios al cementerio, en la página del día, figuraban alrededor de once marcas, hechas con lápiz de pasta roja al lado de nombres escritos con tinta negra, letra manuscrita, cursiva.
En la parte trasera del cementerio, como indicó el administrador, efectivamente habían huellas de un camión y de un jeep que provenían desde un portón de servicio lateral hecho de calamina galvanizada, huellas que llegaban al frente de un árbol y de una fosa abierta sin utilizar, del jeep no se veían huellas de alguien que se hubiese bajado, pero, desde el camión si existían huellas de a lo menos dos personas que habían caminado hasta el borde de una mancha de tierra removida, las marcas dejadas en el suelo eran típicas de las botas usadas por los militares de esa época.

Desde ese día y por años, la mancha de tierra tuvo guardia militar. Allí dejábamos flores y los guardias las sacaban en cuanto nos retirábamos, a veces nos devolvíamos desde la puerta del cementerio y ya no estaban las flores. Madres, padres, hermanos, esposas, hijos, amigos y compañeros de los fusilados llevaban flores al espacio de la tierra removida. Los familiares directos íbamos por derecho propio, o el derecho que nosotros nos dábamos, porque igual nos seguían los guardias del ejército. Por otro lado, los que no eran familiares y corrían mayor riesgo, tiraban desde lejos las flores si era necesario, en forma clandestina y de esa manera, todos los días tenían flores, que aún cuando permanecían poco tiempo, llegaban a ese lugar. Con el tiempo la gente tiró semilla y crecieron flores, "docas""siempre vivas", “rayitos de sol” y otras flores de fácil crecimiento.


Entonces se transformó en una mancha de flores y luego en un jardín, cuidado y querido por todo el pueblo, jardín que resaltaba de los demás como un símbolo de amor para quienes habían pagado con su vida el sueño de un pueblo. Pasaron a ser parte de la vida diaria de Copiapó en los años de dictadura y todos los visitaban a lo menos para saludarlos, el ejército retiró la guardia, la mancha se hizo cada vez más hermosa y cada año, el 17 de octubre se hacían misas en la catedral del pueblo, era una reunión anual a la que asistían pobladores, mineros, estudiantes, mujeres, intelectuales y todo aquel que estaba en contra de la dictadura y el crimen. Se llenaba de gente que se iba en romería al cementerio a saludar a “Los Fusilados de Copiapó”. En plena dictadura esa mancha florida se fortaleció y se hizo inamovible. Resistió al miedo y a las amenazas de los servidores del crimen. Ya no tenía guardias de punto fijo, pero los agentes de la dictadura chequeaban y seguían todo el movimiento de resistencia pacífica que generaba la mancha florida.
Nunca el ejército los entregó, nunca nos entregaron a nuestros familiares asesinados, ni dijo donde estaban, tampoco la administración del cementerio, pero fueron surgiendo las voces de los testigos. Personas que desde la altura del cerro lateral al cementerio, agazapados tras las ventanas de sus casas sin luz, vieron el camión que entró y de él bajaron militares y tiraron los cuerpos en esa fosa que los esperaba, los pobladores de ese sector alto y cercano, después de sentir las ráfagas terroríficas del 17 en la madrugada, vieron con la luz de la noche como lanzaban los cuerpos de las víctimas en una fosa del cementerio. Esos pobladores y muchos otros fueron parte del movimiento que generó esa mancha de flores donde estábamos seguros, estaban nuestros muertos y de hecho allí los hallamos posteriormente, en el año 1990.

Angélica Palleras

Saturday, December 03, 2005

ADOLFO PALLERAS N.

Adolfo en el Informe Rettig

Adolfo Mario PALLERAS NORAMBUENA

El 17 de octubre de 1973, en las primeras horas de la madrugada, fueron ejecutadas trece personas que se encontraban detenidas:
- Winston Dwight CABELLO BRAVO, 28 años, ingeniero comercial, Jefe Provincial de la Oficina de Planificación Nacional(ODEPLAN) y militante del Partido Socialista. Fue detenido el 12 de septiembre en la Intendencia y trasladado al Regimiento de Copiapó, actual Regimiento Capitán Rafael Torreblanca.
- Agapito del Carmen CARVAJAL GONZALEZ, 32 años, funcionario público y militante del Partido Socialista. Detenido en su domicilio y trasladado al Regimiento de Copiapó.
- Fernando CARVAJAL GONZALEZ, 30 años, empleado, militante del Partido Socialista. Fue detenido el 22 de septiembre en su domicilio, conducido hasta el Regimiento de Copiapó y desde allí a la cárcel de esa localidad.
- Manuel Roberto CORTAZAR HERNANDEZ, 20 años, estudiante secundario, dirigente estudiantil y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Se presentó ante las autoridades militares luego de ser requerido mediante un Bando, el l7 de septiembre de l973. Quedó detenido en la Cárcel de Copiapó, lugar desde el cual fue trasladado al Regimiento de esa misma localidad, el 2 de octubre del mismo año.
- Alfonso Ambrosio GAMBOA FARIAS, 35 años, profesor, Director de Radio Atacama y militante del Partido Socialista. Fue detenido en su domicilio por efectivos de Carabineros el 15 de septiembre y trasladado al Presidio de Copiapó.
- Raúl del Carmen GUARDIA OLIVARES, 23 años, funcionario público y militante del Partido Socialista.
- Raúl Leopoldo de Jesús LARRAVIDE LOPEZ, 21 años, estudiante de Ingeniería en Minas en la Universidad Técnica del Estado, sede Copiapó y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Fue detenido el 12 de septiembre de l973 al interior de la Universidad y conducido al Regimiento de Copiapó. A fines de septiembre se le trasladó al Presidio de la misma ciudad.
- Edwin Ricardo MANCILLA HESS, 21 años, estudiante de Pedagogía en la Escuela Normal, presidente del Centro de Alumnos y Secretario Regional del Movimiento de Izquieda Revolucionaria (MIR). El 15 de octubre fue detenido por efectivos de Carabineros e Investigaciones en su domicilio, conducido al Presidio de Copiapó y desde allí trasladado al Regimiento de esa ciudad.
- Adolfo Mario PALLERAS NORAMBUENA, 27 años, comerciante, dirigente poblacional y militante del Movimiento de Izquieda Revolucionaria (MIR). Requerido por las autoridades a través de un Bando militar, decidió no presentarse. Fue detenido el l5 de octubre por efectivos de Carabineros, conducido al Regimiento de Copiapó y trasladado posteriormente al Presidio de esa ciudad.
- Jaime Iván SIERRA CASTILLO, 27 años, locutor de radio y militante del Partido Socialista. Fue detenido el 20 de septiembre en su domicilio por efectivos de Investigaciones, llevado al Cuartel de dicha Institución y desde allí trasladado al Regimiento de Copiapó.
- Atilio Ernesto UGARTE GUTIERREZ, 24 años, estudiante de Ingeniería en Minas en la Universidad Técnica del Estado, sede Copiapó y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Fue detenido el 14 de octubre en la residencial donde vivía y conducido al Regimiento de Copiapó.
- Néstor Leonello VINCENTI CARTAGENA, 33 años, profesor, Secretario Regional del Partido Socialista. Fue detenido por efectivos militares y conducido al Regimiento de Copiapó.
- Pedro Emilio PEREZ FLORES, 29 años, Ingeniero en Minas, profesor de la Universidad Técnica del Estado, sede Copiapó, Interventor de la planta minera "Elisa de Bordo" y dirigente del Partido Socialista. Fue detenido el 25 de septiembre de l973 en su domicilio, que luego fue allanado por funcionarios de Investigaciones, quienes lo condujeron al presidio de Copiapó.
Respecto de varias de las personas antes mencionadas, la Comisión ha podido acreditar que fueron sometidos a torturas y otros apremios ilegítimos.
A través de un comunicado oficial publicado en el diario "Atacama" del 18 de octubre de 1973, el Jefe de la Zona en Estado de Sitio informó de la muerte de las trece personas antes individualizadas, aduciendo que se había detectado un plan de fuga entre los prisioneros del Presidio de Copiapó. La Fiscalía Militar había procedido, en atención a la poca seguridad y a la sobrepoblación penal existente, a "remitir a un grupo de los procesados más peligrosos de la Justicia Militar a la Cárcel presidio de La Serena ". El comunicado oficial continuaba relatando que habían sido trasladados en un camión del Regimiento, el cual había sufrido una panne eléctrica casi al llegar a la cumbre de la cuesta Cardones. " Aprovechando que el conductor y ayudante se encontraban preocupados de solucionar el desperfecto, sorpresivamente los detenidos aprovechándose del descuido de uno de los centinelas, saltaron a tierra dándose a la fuga hacia la pampa. Pese a que los centinelas les gritaron ¡alto!, varias veces e incluso dispararon al aire para amedrentarlos, no se detuvieron. En vista de esta situación, continúa el mismo informe, procedieron a disparar en contra de los fugitivos, hiriendo a trece de ellos que fallecieron en el lugar"
La fecha y hora de sus muertes ha sido corroborada por diferentes documentos, tales como certificados de defunción y registro del cementerio. Sus salidas del presidio se encuentran también debidamente acreditadas.
Luego que se les diera muerte, sus cuerpos permanecieron al interior de un camión en el Regimiento de Copiapó, para ser luego enterrados en el Cementerio local por personal militar, en una misma fosa, entre las últimas horas del día 17 y las primeras del 18. El lugar preciso de la inhumación no se dio a conocer ni siquiera a sus familiares. Sólo el 31 de julio de 1990, en virtud de una presentación judicial hecha por la Comisión, se exhumaron los restos de estas 13 personas y tras su identificación fueron entregados a los familiares para su sepultación definitiva.
Esta Comisión rechaza la versión oficial de que se haya debido dar muerte a las personas antes individualizadas para impedir su fuga, en consideración a las siguientes circunstancias:
- Las trece víctimas habrían sido seleccionadas para ser trasladadas a la Serena atendiendo su peligrosidad, según señala la misma versión oficial, lo que hace presumir que iban custodiadas por un fuerte contingente militar, en un operativo organizado previamente; todo lo cual lleva a pensar que, aún de haberse producido el desperfecto del vehículo la vigilancia resultaba suficiente para haber impedido su intento de fuga antes que empezaran a correr por la pampa;
- Resulta también inverosímil a esta Comisión, que una patrulla militar fuertemente armada; haya requerido dar muerte a trece prisioneros que huían por el desierto como único medio para recapturarlos. Reafirma este punto la consideración de las condiciones físicas en que se encontraban algunos de los detenidos, después de varios días de reclusión. La Comisión conoció además de varios testimonios circunstanciados y concordantes que dan cuenta de torturas a las cuales muchos de ellos fueron sometidos;
- Parece poco verosímil, que para sofocar un intento de fuga de trece prisioneros, haya sido necesario ejecutar en el acto a la totalidad de ellos;
- El hecho de que sus cuerpos sin vida no hayan podido ser vistos por sus familias lleva a pensar en algún afán de ocultamiento;
- El estado en que se encontraban los restos al ser exhumados, indica que estas personas fueron ejecutadas en circunstancias que se hallaban bajo el total control y a merced de los efectivos militares lo que resulta absolutamente inconsistente con la versión oficial. Los restos de varios de ellos se encontraron mutilados, sin impactos de bala y con evidentes signos de corte con arma blanca.
En atención a lo señalado, la Comisión se formó convicción que estas trece personas fueron ejecutadas por agentes del Estado al margen de toda justificación, lo que constituye una grave violación a sus derechos humanos.
La Comisión ha conocido diversos y calificados testimonios en cuanto a quien o quienes habrían participado en la planificación y ejecución de estos graves hechos, no habiéndose podido formar convicción ni siendo de su competencia el establecimiento de responsabilidades personales, respecto de las cuales, en consecuencia, no se pronuncia.
Informe Rettig (www.memoriaviva.com)

Wednesday, November 30, 2005

Soy una de las hermanas de Adolfo









Soy una de las hermanas de Adolfo y somos hijos de Jaime Segundo Palleras Calderón. Pionero de la Radiotelefonía en Chile, primer encargado de sonido de la Radio Nuevo Mundo y posteriormente, fue controlador de la Radio Minería en Santiago, luego se dedicó al comercio, él, hijo a su vez de Jaime, emigrante español natural de Mallorca.

Nuestra madre, María Inés Norambuena Vásquez, hija de Luis de la ciudad de Valdivia, el que castigaron por haberse casado con la hija de un peón, nuestra abuela.

Gabriela es nuestra hermana mayor, aparece en la foto cuando pequeños, se crió junto a Adolfo y en realidad eran como una unidad de dos a pesar de ser un año mayor que él y justo un año y un día de diferencia.
Mónica es la hermana siguiente a mí y es la que adoraba desde siempre a Adolfo, desde pequeña le guardaba la mitad de los postres y decía, “esto es pa cholfito”.
Ana Luz es la hermana que siempre lo admiró y en su mirada silenciosa, siempre aprobaba lo que él decía y hacía.
Rosa Emilia fue la sobreprotegida por él porque era de las menores y siempre fue más frágil. Y Lorena, la más pequeña, la más divertida y a la que Adolfo celebraba por su gracia.

Adolfo nació en Santiago, en la Comuna de Providencia, el 18 de noviembre de 1946. Se educó en el Colegio Don Bosco, y a los diecinueve años se radicó en Copiapó, junto a toda la familia, por razones comerciales de nuestro padre. El núcleo familiar constaba de papá, mamá, dos abuelas y siete hermanos. Y Leito (foto 1-verano de 1972), hijo de Adolfo, nuestro sobrino de siete años, que estaba a cargo de él, por acuerdo con Sonia, la madre del niño.

La familia se estableció en Copiapó, ciudad en la cual fuimos muy queridos, nuestro padre estableció sus negocios de comida en el Mercado Municipal de Copiapó y un local, también de comida, en la orilla del mar en Caldera.
Nuestro padre llegó a relacionarse muy bien con la comunidad de Copiapó, autoridades, empresarios y comerciantes. Participaba en el Club Social Atacama, en el Club Radical y era Miembro de la Cámara de Comercio local, mausoleo en el cual fue sepultado el día de su muerte.
La última vez que vi a Adolfo el venía saliendo de comprar en una perfumería del centro de Copiapó, lo divisé desde lejos y cuando él miró hacia el lado de la calle en que yo estaba, le hice señas con el brazo. Esperó a que llegara a su lado, me saludó con un beso en la frente, en la mejilla y me abrazó, me preguntó por mi hijo y por mi esposo. Desde hacía días que no nos veíamos, yo en mi casa y él a cargo de los negocios de mi mamá que había quedado viuda en abril de ese mismo año, al morir nuestro padre de un ataque cardiaco, quizás de pena por la trágica muerte del hijito de Adolfo, ahogado en el mar en marzo también de ese año.
Adolfo se despidió de mi con un fuerte abrazo, me pidió que me cuidara porque el clima era muy pesado en torno a las amenazas, yo estudiaba en la UTE y en el pueblo se corría el rumor de que los Patria y Libertad y otros grupos de derecha le habían tirado su hijo Leopoldo al mar.
Nuestros padres contaban que desde pequeño Adolfo se conmovía con el padecer de la gente pobre y uno de los primeros problemas que tuvieron con él fue el de la pérdida de los zapatos, los regalaba y llegaba descalzo a la casa.
Para Adolfo, la posibilidad de un Gobierno del pueblo significó comprometerse con la campaña electoral de la Unidad Popular, trabajó en ello y luego defendió la Conquista Popular alcanzada, así definía su participación. Cuando surgió un grave problema con las personas que vivían a la orilla del Río Copiapó y estando él trabajando en asuntos sociales o en contacto con los curas de la Iglesia Catedral de Copiapó, se fue a vivir con ellos a unos terrenos que habían sido de uso agrícola y que en esos momentos estaban abandonados. Allí pudieron aliviar sus dolencias bronquiales y de tuberculosis, producto del hacinamiento, la mala alimentación y las condiciones inhumanas propias de la gente que vive por pobreza a orillas de los ríos.
Esa actitud de él, fue algo que nuestro padre nunca entendió y siempre le decía que mejor hubiese sido cura.
La participación y liderazgo que Adolfo desarrolló en el campamento de los sin casa fue notable y en ese periodo se hizo militante del MIR. Fue el periodo en que la derecha desató una ofensiva violenta en contra del gobierno popular, de la población que defendía su gobierno y en contra de todos los que fueran partidarios o defensores del proyecto socialista que se desarrollaba en Chile.

El 11 de septiembre, el día del Golpe de Estado, pensé en primer lugar en él y en lo que le pasaría, porque tiempo atrás los Patria y Libertad habían pintado un rayado frente a nuestra casa paterna que decía: YACARTA VÁ.
Recuerdo que Adolfo me dijo que seguramente estaban amenazando con una matanza o una Noche de los Cuchillos Largos, como fue llamada la matanza de Yakarta y que había que estar atentos porque los poderosos cuando ven en peligro sus riquezas cometen grandes crímenes y en el momento que la derecha y el imperialismo norteamericano dieran el golpe en nuestro país, él entraría en la clandestinidad. Por eso el 11 pensé en él y en esa noche de los cuchillos largos, me invadió el miedo y la certeza de que el momento había llegado y de acuerdo a lo que él me había explicado, venía una gran noche para Chile, se retrocedía en cincuenta años de lucha y se sufriría un exterminio masivo.

Por medio de un Bando Militar, transmitido por las radioemisoras de la ciudad, Adolfo fue llamado a entregarse. Allanaban nuestras casas en Copiapó y Caldera, finalmente lo encontraron y se lo llevaron al Regimiento Atacama, luego a la Cárcel Pública de Copiapó.

Gabriela, nuestra hermana mayor, lo visitó a la cárcel y vio las huellas de la tortura en su cuerpo, estaba con otros presos políticos esperando la condena. Adolfo pidió una vez más que cuidáramos a nuestra madre, que nos cuidáramos nosotras y le pidió a Gaby que en la próxima visita le llevara una cazuela de ave. El 17 de octubre, día de la próxima visita, desde temprano ella se preocupó de cocinar la cazuela de ave que Adolfo esperaba, ordenó la sabrosa vianda para salir lo más temprano posible y estar con él todo el tiempo de la visita. Abrió la puerta de salida de la casa y allí se encontró con su marido que venía con el periódico del pueblo en la mano, quiso hablar con ella y no pudo porque Gaby estaba muy apurada en su afán de llegar temprano, entonces Eugenio la detuvo para decirle que ya no se podía llevarle comida a Adolfo, que ya era demasiado tarde, que mirara la prensa. Gaby leyó los titulares que decían, “Fuga frustrada de reos” y luego en el párrafo final, “En vista de esta situación procedieron a disparar contra los fugitivos, hiriendo a trece de ellos, que fallecieron en el lugar. Los afectados resultaron ser: Fernando Carvajal González, Manuel Cortazar Hernández, Winston Cabello Bravo, Agapito Carvajal González, Alfonso Gamboa Farías, Raúl del C. Guardia Olivares, Raúl Leopoldo Larravide López, Ricardo Mansilla Hess, Adolfo Palleras Norambuena,…” y gritó, lloró, corrió y corrió al regimiento, a exigir justicia y que le entregaran el cadáver de su hermano más cercano y de nuestro hermano, único hombre entre seis mujeres, el ejército respondió que no se podía, porque los cuerpos de los enemigos de la patria eran baluartes de guerra.

Angélica Palleras

Saturday, November 26, 2005

Un día especial

Me parece que lo especial de este día será haber logrado armar mi blogger.
Varias veces lo intenté sin llegar a buen término, pero en este momento lo he logrado y me siento feliz. Me parece que es una puerta abierta a un mundo donde hay tantas personas, personas con las cuales compartiré asuntos de mi vida, de mi región, de mi poblado o de nuestro planeta, esta casa grande donde estamos todos los que usamos esta extraña magia llamada internet.
Todos los día tienen algo especial, malo o bueno, lo de este día para mi es tener mi blogger.

Los saluda a todos ustedes

Angélica Palleras
Chile
América del Sur