Tuesday, September 23, 2008

Condena por el secuestro del sacerdote Antonio Llidó


22 de Septiembre de 2008

Condenan a cúpula de la DINA por secuestro de sacerdote Antonio Llidó. Héctor Salazar, abogado de la parte querellante, lamentó que el proceso no haya logrado acreditar el delito de homicidio, como habría sido si el cadáver de la víctima se hubiese encontrado.

La justicia condenó hoy a cuatro militares retirados a siete años de prisión cada uno por el secuestro calificado del sacerdote católico español Antonio Llidó Mengual durante la dictadura militar.

Los condenados, todos como autores del delito, son encabezados por el general retirado Manuel Contreras Sepúlveda, que fue el jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) y ha recibido varias otras condenas por violaciones de los derechos humanos.
Los otros procesados son los brigadieres retirados Marcelo Moren Brito y Miguel Ktasnoff Marchenko, ambos pertenecientes a la cúpula de la DINA, y el ex suboficial Basclay Zapata, señalado por supervivientes como un torturador.

El fallo, de primera instancia, fue dictado por el juez especial Jorge Zepeda, quien absolvió a otros tres agentes al no haberse logrado acreditar su participación: los ex brigadieres Francisco Ferrer Lima y Fernando Lauriani Maturana y Orlando Manzo Durán, ex coronel de Gendarmería.
En la parte civil, el juez ordenó al Estado chileno pagar una indemnización de 100 millones de pesos a Josefa Llidó Mengual, hermana de la víctima y parte querellante en la causa.

De 38 años, Antonio Llidó ejercía como sacerdote en la localidad de Quillota, pero en 1972, debido a su cercanía con el movimiento "Cristianos por el Socialismo" fue suspendido de sus labores por el entonces obispo de Valparaíso, Emilio Tagle Covarrubias.

Tras el golpe de 1973, Llidó se trasladó a Santiago y aparentemente se vinculó con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que combatió contra la dictadura.

El 1 de octubre de 1974 fue detenido por agentes de la DINA y llevado a un centro de torturas y luego a un campo de concentración, de donde fue sacado el 25 de octubre de ese año y desde entonces nada se sabe de él.

Los cuatro condenados por su desaparición se encuentran actualmente en prisión, cumpliendo condenas dictadas en otras causas por violaciones de los derechos humanos.
Héctor Salazar, abogado de la parte querellante, lamentó que el proceso no haya logrado acreditar el delito de homicidio, como habría sido si el cadáver de la víctima se hubiese encontrado.

"En esa parte, desgraciadamente, la justicia fracasó, porque los responsables de estos crímenes horrorosos fueron muy eficientes para tratar de no dejar rastros y en este caso lo lograron", señaló.

Asamblea Nacional de los Derechos Humanos
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Un Cura del Pueblo

Antonio Llidó nació en 1936, en Valencia, lugar que fue gravemente atacado por Franco cuando el gobierno Republicano estableció su sede en ese lugar. Perteneció a una familia humilde que le inculcó ideales democráticos. Su ordenación sacerdotal fue en 1963 y su compromiso social ya fue evidente en su accionar como jóven párroco en las aldeas de Balones y Quatretondeta, localidad de agricultores pobres. Vivió toda su vida en dictadura franquista, respirando aires libres solo en los pocos años que vivió en Chile, antes de ser arrebatido por la dictadura de Pinochet.

El Padre Antonio Llidó llegó a Chile en 1969, enviado por la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias. Su labor sacerdotal se realizó en Quillota, Diócesis de Valparaíso, en un ambiente de campesinado pobre muy parecido a las aldeas que conoció en España.

El Padre Jesus Rodriguez llegó a Santiago en 1965 también desde España y fue párroco en la población La Victoria desde 1993 hasta su jubilación en 2002. El Padre Jesus, un de siete querellantes en el proceso por Antonio Llidó, relató lo siguiente en una conversación con Memoria y Justicia, el 19 de junio 2003:

"Desde el momento que llegó, fue muy impactado por la pobreza y la miseria, por la angustia del mundo obrero pobre. En todas partes donde él estuvo en Valparaíso esto era una situación común. El fue párroco de Quillota y trabajaba como obrero allá; trabajaba con sus propios manos. También daba clases de francés y con eso vivía. Acompañó a los modestos trabajadores de campo en la época de la cosecha, trabajabando como un obrero más."

"En ese tiempo Chile estaba muy politizado. Había un afán de justicia en las clases populares. Y con toda razón, porque habían muchos abusos sociales. Antonio Llidó vivía entonces muy vinculado a los grupos de gente obrera más pobres. Vivía muy pobre, comía de forma muy modesta. En este mundo de gente popular y pobre estaban distintos grupos políticos que representaban proyectos nuevos de sociedad. El tenía relaciones con todos ellos. Se llevaba bien con estos grupos que tenían este afán fuerte de justicia.
"

Las abismantes condiciones sociales y económicas de los campesinos de Quillota impactaron al nuevo cura español y le fue cimentando un fuerte compromiso social y político. Antonio Llidó se vinculó al grupo "Los 80", un grupo de sacerdotes de Cristianos por el Socialismo, quienes apoyaron a la candidatura presidencial de Salvador Allende. En una carta que escribió a un amigo el 9 de marzo de 1971, Llidó describe su vocación (citado en el libro Antonio Llido: Epistolario de un compromiso):

"La fe en un Dios flotante y lejano, solucionador de problemas a domicilio, ha quedado también en el olvido. Entiendo cada vez más mi religion y mi sacerdocio como un compromiso con la sociedad en la que vivo, un compromiso con aquellos hombres y mujeres que luchan por la instauración de un orden social que impida la esclavitud, que capacite al hombre para acercarse cada vez más a su plenitud, que haga la injusticia y la explotación cada vez más difíciles y no el pan nuestro de cada día. Entiendo que Jesucristo tiene que ver mucho con este asunto.

"Entiendo que Jesucristo es cada uno de mis hermanos. Entiendo que, uniéndome a ellos en esta lucha, quizás sea capaz de ir superando mis pequeñas y grandes tareas personales que sólo tienen importancia en la medida en que me restan fuerzas para entregarme."

"La participación en los misterios me interesa cada día menos, a no ser que realmente sean la expresión clara y evidente de ese misterio que es siempre el amor, la amistad, la entrega de las personas que en ellos participan."

Detención y Búsqueda

El Padre Jesus retoma la historia.

"
Cuando vino el golpe militar, le aconsejaron que era mejor que se volviera a su tierra natal. El respondió que no. En la hora de tantas dificultades, él seguía al lado de la gente modesta, con la cual había estado. Deseaba correr la suerte que corría ellos. Igual, poco después del golpe debió salir de ese lugar porque le buscaba para matarlo, como buscaban a tanta gente, de lo cual todos que vivimos esa época somos testigos. Llegó a Santiago, donde seguía ayudando a los que huían, huyendo con los que huían. Estando él mismo en peligro, seguía ayudando a otros perseguidos. De nuevo fue aconsejado que saliera de Chile, pero eligió permanecer y correr la misma suerte de la gente pobre y perseguida."

Después del golpe militar, fue buscado en Quillota por las fuerzas de seguridad del régimen militar. Fue obligado a dejar la región, trasladándose a Valparaíso y posteriormente a Santiago donde permaneció oculto hasta el día de su detención.
En la última carta recibido por su su familia, con fecha septiembre 1974, escrito con el seudónimo "Teresa Vazquez" es evidente que Llidó tenía plena conciencia de los riesgos que vivía en ese momento:

"No quiero ponerme dramático, pero alguna vez hay que decirlo. Si algo malo me ocurriera, quiero que tengan claro que mi compromiso con esto que hago ha sido libremente contraído, con la alegría de saber que esto es exactamente lo que me corresponde hacer en este momento. ÉEl miedo está presente en todo momento y en cada uno de nosotros, porque ninguno somos héroes de pelicula. Lo que ocurre simplemente es que todos nos negamos a aceptar que ese sentimiento sea condicionante y nos impide realizar aquello que, "con la cabeza fría y el corazón caliente" entendemos que debe ser."

El 1 de octubre de 1974 Antonio Llidó fue detenido en la vía pública en el centrdo de Santiago. El Padre Jesus intentó intervinir de parte de muchas personas después del golpe. También se preocupó de la suerte que le había acaído al Padre Llidó. Acompañado por otro sacerdote catalán, acudieron varias veces al Obispo Emilio Tagle de Valparaíso.

"Llegó pronto la noticia de que había sido detenido. En ese mismo mes de octubre a mi me aconsejaron que saliera también un tiempo de Chile. Partí unos 4 meses a fines de octubre. Alguna gente preocupada denunciaron este caso al Comité Pro Paz. Yo regresé a inicios de marzo de 1975 e inmediatamente empecé a preguntar sobre Antonio Llidó. Con otro presbítero de origen catalán, fuimos varias veces al obispo Emilio Tagle de Valparaíso y personalmente hablé con él muchas veces más sobre el caso. El tenía buenas relaciones con los militares y los preguntaba sobre Antonio Llido."

""Me acuerdo que en marzo 1975 nos dijo: "Acabo de hablar con un ministro de Estado y dice que está detenido y que está bien." En el mes de mayo fuimos de nuevo y nos dijo: "He hablado con una muy alta autoridad del Estado. Me dice que esto ya va camino a resolverse bien." Nosotros dudamos de todo que nos decía, pero nunca le dijimos, "Usted es muy ingenuo." Lo sentíamos pero no se lo decíamos."

"En junio volvimos a verlo y esta vez, sí, estaba desconcertado. Se levantó, caminando nervioso, y decía, "Ahora, sí, no lo puedo entender. Me acaba de decir un ministro de estado que este joven sacerdote lo tenían en un local de detención y lo cambiaron a otro local de detención. En el camino se les escapó." Estaba muy nervioso. En las veces anteriores, pensaba que era correcto lo que les decía. Esta vez ya no se lo podía creer
."


http://www.memoriayjusticia.cl/espanol/sp_enfoque-llido.html

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