El Campamento de Pobladores Arnoldo Ríos y la UTE
En el año 1970, había desde hacía tiempo atrás un caserío de familias que vivían a orillas del río Copiapó, a un costado del Puente La Paz, el que lleva directamente al cementerio; la pobreza, la humedad y el intenso frío nocturno significó diversas enfermedades que finalmente produjeron un foco de neumonía y tuberculosis lo que provocó alarma pública y preocupación colectiva. Fue bajo esa situación que a principios de 1971 llegaron entre otros estudiantes, los de la UTE a prestar ayuda, como parte del movimiento de solidaridad estudiantil que se practicaba en la lucha reivindicativa de la clase trabajadora, así fue que Dagoberto Cotés, estudiante de Ingeniería en Minas y militante del Movimiento de Estudiantes de Izquierda (MUI), llega al lugar con sus compañeros y entra en contacto con Adolfo Palleras, quien estaba allí junto a los curas obreros de la Catedral, para analizar la forma de salir de esa situación de emergencia. Se organizaron entonces, con los pobladores del lugar y pobladores de otros sectores o poblaciones de la ciudad para una toma de terreno en un lugar baldío que estaba muy distante de allí, en el Callejón Luis Flores, a una cuadra del regimiento, en la entreda del Pueblo San Fernando. Actualmente ese lugar está ubicado en la Calle Luis Flores, entre Felipe Rivera y Julio Prado, en la manzana que está frente al regimiento.
La noche de la toma de terreno fue de acción muy organizada, como lo fueron en el pasado las tomas donde se formaron las poblaciones El Rosario, La Chimba, Cartavio y Pedro León Gallo entre otras. Esas fueron tomas de terreno que se transformaron directamente en barrios a diferencia del Campamento de Pobladores Arnoldo Ríos que fue el primer campamento de Copiapó y llevó ese nombre por un joven estudiante del MIR asesinado en la campaña de la Federación en la Universidad de Concepción, en diciembre de 1970. Desde ese primer día en adelante los estudiantes de la UTE estuvieron presentes de forma intensa en todas la áreas de trabajo del campamento, desde la confección de un catastro de salud de las y los pobladores, hasta la conexión con la asistencia hospitalaria, controles médicos y entrega de medicamentos, esto en forma paralela a los que trabajaban en vivienda, construyendo letrinas, casas de cholguan y la orgánica del funcionamiento social para la estructuración de un territorio poblacional de amplia y absoluta participación colectiva de los habitantes. Desde el Campamento se organizó y planificó las demandas de vivienda, salud, educación, cultura, trabajo y recreación, creando un poder político social interno que a su vez produjo un poder popular que recorrió todas las poblaciones, desarrollando petitorios comunes y diversos, lo que llevó a la formación del Movimiento de Pobladores Revolucionarios, MPR, con Adolfo Palleras como diriente y líder de un movimiento que llegó a las juntas vecinales, bases cristianas en parroquias de curas de la teología de la liberación, donde también participaron centros de madres y grupos juveniles de la cultura. Fue un MPR que llegó a las autoridades locales con demandas específicas y colectivas de diversas peticiones y marchó por las calles de Copiapó con grandes columnas de hombres y mujeres bajo la consigna de "Crear poder popular" y "Avanzar sin tranzar".
Inicialmente el Campamento Arnoldo Ríos se organizó topográficamente por cuadras con la participación de alumnos de topografía de la UTE, luego se organizó en forma social con las distintas áreas de gestión o funcionamiento autónomo que en la práctica era una experiencia de democracia directa, con un protagonismo que convirtió a los pobladores y pobladoras en gestores de su propio poder político y social, con una Asamblea de Pobladores que tenía un poder resolutivo sobre la jefatura y el directorio de cada área. El campamento fue gravitante en el desarrollo de una vanguardia política en la ciudad y en la Región de Atacama, la que enfrentaba a la oposición al gobierno popular con una propuesta de crear un poder popular basado en la organización de las bases poblacionales para avanzar en las reivindicaciones y en la movilización permanente de defensa. Dagoberto Cortés , alumno de Ingeniería de la UTE, fue fundamental como dirigente en la formación inicial del Campamento , junto a la participación de muchos alumnos, tanto del Grado Técnico como de Ingeniería, Topografía y Metalurgia, esto en una época en que se desarrolló la unidad o alianza obrero-estudiantil en la lucha social reivindicativa del país, de América y del mundo, lucha en que la UTE, la universidad del pueblo, no estuvo exenta.
De acuerdo a la época y a la experiencia histórica que se vivía, los estudiantes estuvieron presentes en todo el proceso de nacimiento y desarrollo del campamento, en la formación y en las tareas de cada área de trabajo. El jefe de Campamento era Adolfo Palleras y luego de esa jefatura estaba el Directorio y la Asamblea, había una organización por cuadra, un comité de vigilancia y seguridad, áreas o comités de cultura, de educación, salud, vivienda y trabajo, donde se organizaban los grupos que hacían teatro, canto, alfabetización, repaso, ayudantía y horario de tareas escolares para alumnos de básica y media. Con un grupo de salud y primeros auxilios, se identificó la salud de todos los pobladores y pobladoras a través de un censo y luego se logró conectar el campamento con el hospital para la atención primaria. En el área del trabajo se creó una bolsa de trabajo y se desarrolló un proyecto de escuela de sindicalismo para las y los trabajadores. En vivienda se trabajó en la consolidación de una organización comunitaria que permitió el mejoramiento habitacional dentro de las precariedades existentes, de tal forma que se logró administrar una autogestión de toda la comunidad y constituir una junta de vecinos donde Adolfo Palleras fue elegido Presidente, desde donde se reclamó el dereho a una vivienda digna, consiguiendo finalmente la designación de entrega de viviendas básicas en la Población Torreblanca, todo esto con la participación y apoyo de estudiantes del FER de la enseñanza media de liceos y grado técnico de la UTE y del MUI.
Adolfo Palleras fue un líder natural que experimentó desde pequeño la tristeza y la solidaridad de otros niños que dormían en las calles con sus familias que emigraron del campo a la ciudad y los llamaron los patipelados. Sus amigos fueron niños de conventillos y poblaciones callampas como se les llamaba en Santiago, ciudad donde él nació, luego en su adolescencia y juventud compartió su vida con esos amigos de familias sin techo, con quienes adoptó una posición de clase naturalmente y una permanente solidaridad en cuanto a sus carencias y necesidades. Por esta razón se acercó a los pobladores del río, se hizo militante y finalmente un dirigente de pobladores sin casa. Llegó de dieciocho años a Copiapó con un proyecto comercial de su padre y familia, dejó de estudiar y se dedicó a surtir negocios de barrios de la ciudad, con mercaderías que traía desde Santiago, recorrió barrios y poblaciones, hizo nuevos amigos, vivió con ellos los mejores momentos del rock, la protesta de las juventudes por la guerra de vietnam, el ejemplo de Cuba y del Che Guevara en contra del imperialismo que asolaba América del Sur con sangrientas dictaduras, participó en la campaña y triunfo de Salvador Allende , en el jolgorio de las poblaciones, en el bar y en el Mercado Municipal, donde su familia tenía una cocinería. Ser militante a los veintitrés años y de allí en adelante, por tres años y medio dirigente de pobladores sin techo, fue culminar su propósito o ideal de vida en el compromiso por la liberación de la pobreza. Su formación estuvo en la familia, con un padre que antes de ser comerciante fue hombre de radio en años del nacimiento de la radiotefonía en Chile, con todo lo que ello significó culturalmente y una madre que llegó con dieciséis años y huérfana a la capital, porque su papá fue condenado por su familia a vivir en la miseria, como castigo por haberse casado con la hija de un peón, situación que los llevó a la muerte en una temprana edad; Adolfo aprendió de ella la verdadera historia de Chile leída con luz de vela, lo que lo hizo entender plenamente el proceso político que se vivía y expresar mediante el gran carisma que tenía y la facilidad de palabra el camino revolucionario de no transar con los que ofrecían la paz a cambio de la renuncia al programa de gobierno y por el contrario prefirió participar en la creación un poder popular que no permitiera el avance del boicot y el golpismo. La juventud de Adolfo como dirigente y su gran llegada con la gente influyó en la aceptación de la propuesta del movimiento de pobladores, pero, lo más importante fue que los estudiantes de la media y universitarios eran más jóvenes que él, de la misma forma las y los jóvenes pobladores, quienes tenían consciencia diaria de las noticias y las protestas de las juventudes del mundo por la guerra de Vietnam y tenían consciencia de que el Che Guevara había sido asesinado por la CIA, el mismo enemigo de Vietnam y el mismo que estaba en Chile tratando de derrocar al Gobierno de la Unidad Popular, esas juventudes de distintas edades eran las protagonistas de esa experiencia única de liberarse del imperialismo y la pobreza mediante una vía electoral, lo que se sabía, había desatado el odio y la violencia de Estados Unidos por ser un método que podían copiar otros pueblos y no ser este un logro mediante las armas como lo hacían los demás países en medio de una guerra fría que significaba la usurpación de los recursos naturales, la colonización e imponer un sistema neoliberal que venía desde los años cincuenta. En el entendimiento implícito de esa situación política, las y los jóvenes trabajaban dentro y fuera del campamento en toda la diversidad de actividades que significan construir una sociedad nueva, en una comunidad que valoraba significativamente la presencia y participación de los estudiantes.
El Campamento Arnoldo Ríos, el Movimiento de Pobladores con la unión y apoyo del Movimiento Estudiantil fue una gran época para un Copiapó de una clase trabajadora que tenía consciencia de clase y tradición de lucha, con una memoria histórica que destacaba al político revolucionario Pedro León Gallo quien organizó una sublevación con un ejército irregular que formó con opositores al gobierno conservador de Manuel Montt en 1859, el que luego de la batalla de Los Loros se tomó Copiapó, avanzando a la batalla y toma de Coquimbo y La Serena, con una derrota final en el centro del país que no derrotó su convicción, la que posteriormente lo llevó a formar el Partido Radical junto a Manuel Antonio Matta, otro copiapino. Además estaba en la memoria la masacre obrera de 1931 en Copiapó y Vallenar, llamada "la Pascua trágica" o "Pascua negra" y la historia de Marmaduke Grove, el Coronel de Ejército y Ministro de Defensa de la República Socialista de Chile de 1932, quien fundó el Partido Socialista en 1933; al respecto, fue muy importante que el gobierno de Salvador Allende, tras la oposición del Congreso, recurriera al Decreto Ley 520 de la República Socialista para decretar la expropiación y estatización de las grandes empresas.
Esa memoria de los mayores, la fuerza de lucha, esperanza y compromiso de las y los jóvenes hizo de Copiapó un territorio muy activo y combativo en la diaria defensa de lo conseguido y en la construcción de un país libre, hasta que la CIA y la derecha política de Chile dieron el Golpe de Estado, desatando la represión, la tortura y la muerte. El Campamento Arnoldo Ríos fue allanado, las y los pobladores fueron torturados incluso dentro del campamento, antes de ser detenidos, como fue el caso de la suegra de Adolfo Palleras, quien al responder que no sabía dónde estaba su yerno la obligaros a meter sus manos dentro de una olla hirviendo con porotos. Golpearon a las personas, destruyeron viviendas y se llevaron detenidas a muchas personas del movimiento de pobladores, tanto en el campamento como en las poblaciones, hasta hubo mujeres que estando embarazadas perdieron a sus bebés producto de los golpes. Así mismo, en las redadas que se hicieron en las poblaciones, se llevaron a menores de edad, ancianos y a los curas obreros que durante ese periodo de esperanza y construcción de un mundo nuevo hacían misas comunitarias dentro de las parroquias, en las plazas e incluso en la calle, para celebrar la motivación, alegría y la esperanza de la liberación de la pobreza. Todas los detenidos y detenidas eran llevados al que en ese tiempo era el Regimiento de Ingenieros Motorizados N°1, siendo su Comandante el Teniente Coronel Óscar Haag Blaschke y responsable del centro de reclusión, tortura y exterminio, el que funcionó de esa forma desde el mismo 11 de septiembre, durante y después del paso de la Caravana de la Muerte por la ciudad, hasta el año 1975, razón por la cual en el año 2023 se le entregó categoría de Monumento Histórico y Sitio de Memoria, Decreto Ley N°37 (2023).
Adolfo Palleras fue torturado en el regimiento y posteriormente asesinado en tortura por la Caravana de la Muerte, fue detenido con el cargo de ser el segundo hombre del MIR en la región, después de Edwin Mancilla, a quien se le juzgó como el primer hombre y Secretario Regional del MIR, al igual que a Adolfo se le torturó en el regimiento hasta no poder sostenerse en pie y luego fue asesinado por la Caravana de la Muerte. Manuel Cortázar fue parte del equipo de estudiantes y pobladores que organizaron el sistema de salud del Campamento Arnoldo Ríos, fue apresado en el regimiento, allí torturado y asesinado con múltiples cortes de cuchillos, corvos por la Caravana de la Muerte, Leopoldo Larravide como dirigente universitario estuvo presente en las poblaciones y en el campamento con los estudiantes de ingeniería que participaban en los trabajos voluntarios, él fue detenido el mismo 12 de septiembre porque quiso estar de frente a la represión dentro de la universidad, junto a sus bases. Buscando pobladores relacionados con el campamento y pobladores que hubiesen participado en el movimiento en las poblaciones se rompieron paredes, puertas, muebles y techos con un terrorismo que recorrió las calles de Copiapó en esos días y posteriores años de la dictadura.
Así como el Campamento Arnoldo Ríos recorrió las calles en grandes columnas de pobladores y pobladoras que levantaban lienzos, pancartas, banderas y consignas de "Pan, Trabajo, Justicia y Libertad", el día 3 de agosto de 1990, Copiapó volvió a recorrer las calles cuando sus dirigentes fueron rescatados de la fosa común donde los ocultó la Caravana de la Muerte y el comandante del regimiento, Óscar Haag Blachke. Ese día los pobladores del Campamento esperaron a Adolfo Palleras en el camino al cementerio, cerca del puente La Paz para lanzarle una lluvia de flores rojas. Las calles se desbordaron para acompañar a los caídos de un pueblo que se comprometió y participó activamente en ese proyecto de cambio social y liberación, fueron tres días de duelo regional y demostración de agradecimiento y cariño para todos los ejecutados políticos que volvían para quedarse por siempre en la memoria histórica de Copiapó y del país. Para Adolfo, quien, en su último discurso en la Plaza, unos días antes del golpe, llamó a las fuerzas armadas y los carabineros que estaban allí a estar con el pueblo en el momento de ataque del imperialismo y la oligarquía nacional que se acercaba. Despidieron y acompañaron a Edwin Mancilla, quien recorrió las calles y vivió día a día ese proceso de gran responsabilidad para él como dirigente máximo, un joven estudiante de absoluta entrega a su causa, también despidieron con emoción a Manuel Cortázar, un estudiante muy querido y un líder de la enseñanza media, despidieron a Leopoldo Larravide, otro líder estudiantil querido y respetado por sus capacidades y entrega; a Atilio Ugarte, un estudiante de la UTE que estuvo presente siempre en todo con reserva y compromiso absoluto. Fueron despedidos todos los dirigentes de distintas áreas sociales y distintos partidos políticos, cada uno de ellos indispensables en ese momento histórico que vivió el pueblo chileno y en especial, el pueblo copiapino.
Angélica Palleras N.
Estudiante de la UTE
Militante del FER
Hermana de Adolfo Palleras Norambuena
Octubre 2024
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