Tuesday, June 09, 2015

CORTE SUPREMA DICTA SENTENCIA DEFINITIVA POR EL SECUESTRO DE AGUSTÍN REYES GONZÁLEZ - Año 1974 - Londres 38

01/04/2015

La Corte Suprema dictó sentencia definitiva por el secuestro calificado de Agustín Reyes González, detenido a partir del 27 de mayo de 1974, víctima que ingresó al centro de detención clandestina de Londres 38. Proceso que tramitó el ministro en visita Alejandro Solís.
En fallo dividido (causa rol 22652-2014), la Segunda Sala del máximo tribunal –integrada por los ministros Milton Juica, Hugo Dolmestch, Carlos Künsemüller, Haroldo Brito y Lamberto Cisternas– rechazó los recursos de casación presentados por la defensa del condenado Basclay Zapata Reyes y el fisco en contra de la sentencia dictada por la Corte de Apelaciones de Santiago, el 12 de mayo de 2014.
De esta forma, el máximo tribunal mantuvo las condenas de 15 años de presidio para Manuel Contreras Sepúlveda, Miguel Krassnoff  Martchenko, Marcelo Moren Brito y Basclay Zapata Reyes (único condenado que recurrió de casación a la Corte Suprema). En el aspecto civil, también se confirmó que el fisco deberá pagar una indemnización de $30.000.000 (treinta millones de pesos) a Carlota González Insunza, madre de la víctima; $ 30.000.000 (treinta millones de pesos) a Atenas Caballero Nadeau, cónyuge, y $10.000.000 (diez millones de pesos) para cada hermano de la víctima: Mónica y Hernán Reyes González.
"Como ya se ha esbozado, las acciones civiles aquí deducidas en contra del Fisco tendientes a obtener la reparación íntegra de los perjuicios ocasionados, encuentran su fundamento en los principios generales del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y consagración normativa en los tratados internacionales ratificados por Chile, los cuales obligan al Estado de Chile a reconocer y proteger este derecho a la reparación íntegra, en virtud de lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 5° y en el artículo 6° de la Constitución Política.  Los artículos 1.1 y 63.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos consagran que la responsabilidad del Estado por esta clase de ilícitos queda sujeta a reglas de Derecho Internacional, las que no pueden ser incumplidas a pretexto de hacer primar otros preceptos de derecho interno, pues si se verifica un hecho ilícito imputable a un Estado surge de inmediato la responsabilidad internacional de éste por la violación de una norma internacional, con el consecuente deber de reparación y de hacer cesar las consecuencias de la violación", sostiene el fallo.
La decisión se adoptó con los votos en contra de los ministros Dolmestch y Cisternas, quienes fueron partidarios de acoger el recurso de casación presentado por la defensa de Basclay Zapata Reyes y aplicar la figura legal de la media prescripción.

Segunda Sala del máximo tribunal rechazó los recursos de casación presentados por la defensa del condenado Basclay Zapata Reyes y el fisco, en contra de la sentencia dictada por la Corte de Apelaciones de Santiago, el 12 de mayo de 2014.

Memoria Viva

AGUSTIN EDUARDO REYES GONZALEZ

Rut       : 4.309.970
F.Nacim. : 19-06-50, 23 años a la fecha de la detención
Domicilio : Los Cerezos 637-E, Ñuñoa, Santiago
E.Civil  : Casado, un hijo
Actividad : Artesano, estudiante universitario
C.Repres. : Militante del MIR
F.Detenc. : 27 de mayo de 1974

                                                                   

SITUACION REPRESIVA
            Agustín Eduardo Reyes González, casado, un hijo, de actividad artesano y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), de nombres políticos "El Gato" y "Aníbal", fue detenido el 27 de mayo de 1974, alrededor de las 16:00 horas en la intersección de las calles Irarrázabal con Macul, por seis agentes de la DINA que se movilizaban en una camioneta Chevrolet C-10, y que lo trasladaron al recinto secreto de ese organismo ubicado en Londres 38, en donde fue sometido a intensos y violentos interrogatorios con aplicación de corriente eléctrica en diversas partes del cuerpo, además de golpes de pies y puños. Posteriormente, fue llevado en tres oportunidades a su domicilio de calle Los Cerezos por sus aprehensores, quienes eran dirigidos por el Agente Osvaldo Romo Mena, alias "El Guatón Romo". La última de estas visitas ocurrió el 15 de junio de 1974, fecha en que su familia lo vio por última vez. Agustín Reyes González permaneció en el centro de torturas de Londres 38 hasta aproximadamente el 24 de junio, perdiéndose desde entonces todo rastro de su persona. Osvaldo Romo conocía a la víctima con anterioridad al 11 de septiembre de 1973, por cuanto éste realizaba sus actividades políticas en el mismo sector poblacional en que el agente de la DINA era dirigente de una Junta de Vecinos.
            Acerca de la búsqueda y posterior arresto del afectado por parte de la DINA, dan cuenta los testimonios de sus familiares, algunos de los cuales también fueron detenidos y torturados por ese organismo de seguridad. Tal fue la situación de su cónyuge Atenas Caballero Nadeau, y del hermano de ésta, Juan Carlos Caballero Nadeau. Ambos fueron detenidos el 30 de abril de 1974 en el domicilio de sus padres, ubicado a pocas cuadras de la casa de Agustín Reyes. Los aprehensores fueron alrededor de 8 agentes de la DINA quienes trasladaron a los dos hermanos a Londres 38 en donde fueron acuciosamente interrogados acerca del paradero de Agustín Reyes González. Doña Atenas del Rosario Nadeau Recabarren, suegra de la víctima, señala en sus múltiples testimonios, varios de ellos prestados en el respectivo proceso por el desaparecimiento del afectado, que su hijo Juan Carlos estuvo desaparecido 15 días y luego permaneció 3 meses preso, primero en Londres 38, luego en el Regimiento Tacna, Estadio Chile, y por último en 3 Alamos; su hija Atenas estuvo 4 días en Londres 38, tras lo cual la fueron a arrojar a la casa de su consuegra (calle Los Cerezos), totalmente drogada, con la vista dañada, debiendo ser sometida a posterior tratamiento siquiátrico; finalmente, señala que el marido de otro de sus hijos, Anselmo Radrigán Plaza, se encuentra también desaparecido después de haber sido detenido por la DINA.
            En tanto, doña, Carlota Elena González Insunza, madre del joven detenido desaparecido, expone en su testimonio judicial, que 7 días después de ocurrido el arresto, su hijo fue llevado a la casa por agentes que se movilizaban en una camioneta, dos de los cuales se quedaron en el vehículo y otros dos ingresaron al inmueble con el afectado, quien se encontraba en muy mal estado físico; demacrado, con heridas en las muñecas correspondientes a ataduras, los ojos rojos, con sus ropas sucias y maltrechas, presentado además un manifiesto mal olor. Debido a esto último, su hija Mónica, única moradora de la casa junto a la empleada en esos momentos, le pidió al que hacía de jefe de los agentes que le permitieran bañarse y cambiarse de ropa, lo que fue aceptado; su cuerpo presentaba demostraciones de aplicación de corriente eléctrica, su estómago estaba negro. Después del baño, el agente- jefe le dijo: "ya viste a tu familia, entonces te llevamos". Tres días después, encontrándose doña Carlota en casa, nuevamente el afectado fue llevado a la casa por 4 agentes, quienes esta vez iban comandados por Osvaldo Romo, a quien la testigo conocía con anterioridad. Su hijo casi no podía andar, estaba flaquísimo, tenía muy mal olor. Le preguntó a Romo qué estaba tratando de hacer con su hijo, respondiéndole: "lo que estamos tratando de hacer es que su hijo sea inteligente y nos dé la dirección de sus jefes", agregando que Agustín Eduardo era mirista. Con el fin de que su hijo comiera, les sirvió alimentos a todos. Durante la once, los agentes insistieron en que Agustín debía hablar de sus otros compañeros. Se despidieron amablemente y se fueron en la misma camioneta con toldo en que se movilizaban. Finalmente, volvieron el 15 de junio, eran los mismos agentes de la segunda vez, eran las 7 de la tarde; como la ocasión anterior, la visita fue anunciada previo llamado telefónico. Mandaron a buscar a la esposa del detenido, doña Atenas Caballero, quien vivía cerca de la casa -estaban separados de hecho- cuando ella llegó, al percatarse de la presencia de Osvaldo Romo, trató de huir -había estado detenida en Londres 38- pero luego desistió de ello. Romo le dijo a Agustín Eduardo: "ésta es tu última oportunidad que tienes, después de aquí tú sabrás". Agustín guardó silencio, pero cuando se despidió de su madre, le preguntó, "mamá, ¿qué hago?". Nunca más lo volvieron a ver. La testigo, agrega en su testimonio, que en las visitas a su casa Romo les advirtió que si hablaban de ello, matarían a su hijo; motivo por el cual, no señalaron esta circunstancia en los inicios de la situación represiva. Pasó un tiempo, y en noviembre de 1974, recibió una llamada telefónica de Raúl Gutiérrez Carrié, quien era muy amigo de su hijo; le dijo que iría a su casa y que le tuviera vitaminas y elementos para el "Cucho" (apodo de infancia del afectado) porque éste se encontraba muy mal, y que le escribiera una carta. Gutiérrez llegó en un Fiat 125 acompañado de otro individuo, quien se quedó en el vehículo. Gutiérrez le señaló que estaba muy cerca de Cucho, que se encontraba muy mal, que le daban una sola alimentación al día. Le entregó los enseres solicitados y le preguntó qué tenía que ver en la situación de su hijo, señalándole, que había "caído" por drogadicto y que lo perdonaban si él les ayudaba en eso y que estaba trabajando con ellos. Gutiérrez se marchó y nunca más volvió a verlo, pese a sus diligencias para ubicarlo. Pasó el tiempo, y doña Carlota, en compañía de su consuegra Atenas Nadeau, se apersonó al domicilio que Osvaldo Romo tenía en la población Lo Hermida, calle Las Torres, esto fue en enero de 1975. Romo las recibió con sorpresa, les señaló que él ya había entregado a su hijo, que estuvo detenido como un mes y que después lo había "entregado", que ahora "puede estar en diez partes, puede estar en alta mar, en una isla, en Temuco, en Puerto Montt", les agregó que él también tenía problemas con sus hijos, por cuanto su hija de 11 años no quería ir al colegio porque le decían "la hija del torturador Romo". También le expresó que había exterminado al grupo al cual pertenecía su hijo, que le faltaba uno sólo del grupo y que ya lo tenía ubicado, habló de Hugo Martínez González, a quien mataron en enero de 1975; Romo indicó que Martínez cayó defendiéndose frente a un hotel en el sector de Estación Central, y que había sido trasladado herido al Hospital Militar. Con respecto a otro joven del grupo de la víctima, Luis Fernando Fuentes Riquelme -detenido desaparecido- Romo dijo que estaba herido y que se encontraba en Temuco.
            Con respecto a Raúl Gutiérrez Carrie, consta en declaración judicial de su padre Raúl Gutiérrez Varas, quien compareció al Tribunal en ausencia de su hijo -el que se encontraba en el extranjero- que éste le manifestó que un amigo en común, tanto de él como de Agustín Reyes, era funcionario de la DINA -no recuerda nombre- y fue este agente quien le contó que Agustín se encontraba detenido en uno de los cuarteles de la DINA y que podía llevarle algunas cosas, como alimentos, remedios, alguna ropa, porque se encontraba en muy malas condiciones. Con esta información, decidió llamar a la madre de su amigo y pedirle las cosas solicitadas a fin de hacerla llegar.
            De la estadía de Agustín Eduardo Reyes González en Londres 38, dan cuenta los testimonios de ex-prisioneros que sobrevivieron a su estadía en ese recinto. Don Carlos Alberto Silva Valdebenito, expone en su testimonio haber sido detenido el 31 de mayo de 1974 por un numeroso contingente de la DINA que rodearon toda la manzana en donde queda ubicado su domicilio. Fue trasladado, luego de una feroz golpiza, a Londres 38 en donde fue interrogado por un grupo de agentes quienes estaban a cargo de Osvaldo Romo y de "El Coronta" (Marcelo Moren Brito). Permaneció en ese lugar alrededor de 2 semanas y durante los 7 primeros días fue torturado con aplicación de corriente eléctrica en los genitales, lengua, y cabeza, además se le colgó (tortura pau de arara) y se le sumergió en un tambor con agua. A los pocos días de estar detenido, arrestaron a su padre y lo torturaron en su presencia con el sólo fin de presionarlo para que "hablara". Finalmente, el testigo señala que durante su reclusión en Londres 38 conversó con los prisioneros Agustín Reyes González y Jorge Grez Aburto, ambos desaparecidos tras ser arrestados por la DINA. Doña Blanca Flor Troncoso Díaz, también sobreviviente de la DINA, señala en su testimonio que fue detenida el último sábado del mes de mayo de 1974 siendo trasladada a Londres 38. Uno de sus aprehensores fue el agente Osvaldo Romo. En ese recinto pudo percatarse de la presencia de otros detenidos, a quienes los agentes se referían por sus nombres políticos, "El Gato" (Agustín Reyes González), "El Conejo" (Jorge Grez Aburto), y "El Loro Matías" (Alvaro Vallejos Villagrán), todos militantes del MIR y que se encuentran desaparecidos. Los vio hasta el 5 de junio, fecha en que fue trasladada al Estadio Chile. Una hija de la testigo, Marcela Sepúlveda Troncoso, también se encuentra desaparecida después de haber sido detenida por agentes de seguridad.
            Don Raimundo Belarmino Elgueta Pinto, expone en su declaración judicial, haber sido detenido por la DINA el 6 de mayo de 1974, en calle Bandera, frente al cine "Metro", tras lo cual fue trasladado al centro de reclusión y torturas de Londres 38. Allí, fue ingresado a una especie de oficina administrativa en donde fueron registrados sus datos personales. El grupo aprehensor fue identificado como "Halcón Uno" (el jefe de dicha Brigada era Miguel Krassnoff Martchenko). Luego de varios días de ser sometido a torturas, fue trasladado al Regimiento Tacna en donde permaneció durante 7 días, para ser posteriormente llevado al Estado Chile donde permaneció otros 7 días, tras lo cual, fue nuevamente conducido a Londres 38, donde pudo conversar con otros detenidos, entre ellos Agustín Eduardo Reyes González, quien le señaló que había sido detenido en Macul con Irarrázabal por un grupo de la DINA comandados por Osvaldo Romo; se sentía físicamente destruido por efecto de las torturas, sangraba de la boca, tenía dificultades para caminar, tenía fiebre; en los interrogatorios a que era sometido, le tiraban agua para que la corriente le surtiera más efecto destructivo; la última vez que conversó con él, le solicitó que informara a su familia de su situación.
            Por su parte, doña Eliana Carolina Medina Vásquez, expone en su testimonio haber sido detenida el 11 de junio de 1974 por un grupo de civiles entre los que se encontraba un carabinero a quien decían "Lolo Muñoz". Tras su arresto fue trasladada a los Subterráneos de la Plaza de la Constitución en donde permaneció alrededor de 4 días. Al término del cuarto día, el carabinero Muñoz le manifestó que sería trasladada al Estadio Chile o a la Correccional. Fue subida junto a otros detenidos a una camioneta y en realidad fue trasladada a Londres 38. Allí fue ingresada a una pieza en donde habían otros detenidos, casi todos pertenecientes al MIR. Los guardias del recinto se referían a los prisioneros por sus apodos o sobrenombres. Tres de los detenidos eran identificados como el "Loro Matías", el "Conejo", y el "Gato", quienes en realidad eran Alvaro Vallejos Villagrán, Jorge Grez Aburto y Agustín Reyes González respectivamente. Estos eran sacados permanentemente a interrogatorios y luego llegaban muy adoloridos. El 24 de junio fue trasladada a 3 Alamos, quedando en Londres 38 los 3 detenidos mencionados. Doña Patricia Herrera Escobar -ex prisionera de la DINA- señala en su declaración haber sido detenida por ese organismo el 27 de junio de 1974, siendo trasladada a Londres 38. Allí pudo percatarse de la presencia de Agustín Reyes, a quien vio hasta el 5 de julio, fecha en que fue trasladada a 3 Alamos. Finalmente, don Cristián Esteban Van Yurick Altamirano, señala en su testimonio haber sido detenido por la DINA el 12 de julio de 1974, tras lo cual es trasladado a Londres 38, en donde es sometido a todo tipo de torturas.Entre sus torturadores, se encontraban Osvaldo Romo Mena -a quien conocía de antes- Miguel Krassnoff Martchenko, "El Troglo" (Basclay Zapata Reyes), Marcelo Moren Brito, alias el "Ronco" o el "Oso". Luego del primer día de interrogatorios y de apremios, fue introducido a una pieza en donde había otros prisioneros, entre ellos, un grupo a quien le decían los "4 alamitos" porque habían estado en 4 Alamos; ellos eran el "Loro Matías" (Vallejos Villagrán), el "Conejo" Grez Aburto, el "Gato" Agustín Reyes González, quien era jefe del "Grupo Político Militar", (GPM) 3 del MIR. El testigo permaneció en Londres 38 hasta finales de agosto de 1974, fecha en que es cerrado ese recinto por parte de la DINA, siendo trasladado a Villa Grimaldi. Desde Londres 38, afirma el testigo, fueron sacados varios grupos de detenidos quienes no llegaron a ninguna parte, encontrándose desde entonces desaparecidos.
            Cada vez que Agustín Reyes González era llevado al domicilio de sus padres, era transportado en una camioneta Chevrolet C-10, patente HSN-36 de La Cisterna, color claro con toldo. Indagaciones practicadas por la Policía de Investigaciones, institución encargada de diligenciar la orden de investigar emanada del respectivo proceso judicial, contacto que efectivamente dicha patente corresponde a la Municipalidad de La Cisterna, siendo su propietario DINAR, con domicilio en el edificio Diego Portales, y que el vehículo era usado por la DINA. Cabe destacar, que DINAR era una entidad de fachada de la DINA a través de la cual solicitaba las patentes de gracia a las municipalidades.
            El nombre de la víctima figuró en una nómina publicada por el diario "O'DIA" de Brasil, de 59 chilenos que habrían fallecido en enfrentamientos con las Fuerzas Policiales Argentinas. Todas las personas que figuran en dicha lista, tienen en común el haber sido detenidas por la DINA y trasladadas luego a recintos secretos de ese organismo de seguridad. El propio Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, restó toda veracidad a dicha información.
            Pese a las innumerables diligencias y averiguaciones que su familia realizó con el fin de dar con su paradero, aún desconocen la suerte que Agustín Eduardo Reyes González corrió en manos de los agentes de la DINA.
           

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