Una serie de amenazas y acciones de violencia han sufrido quienes buscan verdad y justicia en particular en el caso de Miguel Woodward.
1º, ha habido amenazas de muerte y actos de violencia contra la ministra Eliana Quezada, quien lleva la querella por Miguel.
2º, gente ligada a la "familia naval" (marinos retirados) se ha hecho presente con insultos y provocaciones, en una marcha pacifica convocada por agrupaciones de derechos humanos.
3º, en los juicios contra los inculpados por el secuestro y desaparición de nuestro amigo Miguel Woodward, marinos (no viene al caso si retirados o no) han mostrado una actitud matonesca consistente en insultos y empujones, sin mediar provocación alguna; hace poco, intentaron golpear a Patricia Woodward, cuando ella hacía uso de su derecho a ingresar a la sala de
4º, desconocidos, obviamente ligados a los ya 19 marinos declarados reos por la jueza Quezada, han violado el domicilio de la abogada del Ministerio del interior, Sra. Karina Fernández, de donde han robado exclusivamente el computador donde ella guardaba información relevante sobre el proceso relativo al crimen contra Miguel Woodward.
5º, ha habido declaraciones de senadores y diputados de derecha contra la acción de la ministra Eliana Quezada y en contra del sacerdote Miguel Woodward, en una clara e inconstitucional ingerencia en el Poder Judicial.
6º, el robo a Karina ocurre a días de que en Santiago, el abogado de militares enjuiciados, Carlos Portales - en un acto para celebrar "orgullosos (...) lo que pasó el 11 de septiembre [del 73] y en los días posteriores" - incentivara a la "familia militar" con los siguientes términos: "el recrudecimiento de las querellas (...) en contra de las Fuerzas Armadas (...) debiera llamarnos (...) a cambiar nuestro curso de acción y a modificar las medidas a adoptar"; "hemos estado en una actitud muy pasiva, tratando de arreglar las cosas por la buena". Da a entender que el Poder Judicial está manejado por "marxistas" (sí, tal cual) y expresa que "con los marxistas, no se puede entender honorablemente".
Llamamos: primero, a las autoridades, para que, en respeto a los derechos humanos, fortalezcan la protección a todas las personas que trabajan en la búsqueda de verdad y justicia respecto a los crímenes de lesa humanidad cometidos por las instituciones armadas del Estado golpista de Pinochet; segundo, a los organismos de derechos humanos, para que estén atentos a estos hechos que evidencian la desesperación fascista por ocultar la verdad e impedir que se haga justicia en nuestra Patria.
Ni odio, ni venganza, sino justicia.
Grupo de Amigos de Miguel Woodward
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Roban notebook con datos del caso Woodward
Delincuentes que ingresaron a la vivienda de la abogada del Programa de DD. HH. de Interior, Karina Fernández, sustrajeron exclusivamente el computador en que mantiene antecedentes de ese proceso.
Viernes 3 de octubre de 2008 | 07:04
Con el computador personal que contiene todos los antecedentes de la investigación que instruye la justicia por el secuestro calificado del sacerdote Miguel Woodward huyen como único botín los delincuentes que este jueves ingresaron al domicilio de la abogada del Programa de Derechos Humanos del ministerio del Interior, Karina Fernández.
"Lo único que he podido apreciar por el momento es que revisaron toda la casa, que durante el día estaba sola, y tan sólo se llevaron el notebook donde almacenaba valiosa información del caso Woodward", dijo a la agencia UPI la profesional que se percató del atraco cuando llegó a eso de las 22:00 horas a su vivienda de la comuna de Providencia.
El computador mantiene información relevante relativa al curso de las indagatorias y los procesamientos dictados por la ministra en visita de
Estas encargatorias de reo y la detención de los oficiales fueron la primera arremetida judicial contra
Woodward, que trabajaba en la agrupación Cristianos por el Socialismo, y fue detenido el 16 de septiembre de 1973 mientras mantenía trabajos sociales en los barrios pobres de Valparaíso.
Según testimonios de otros prisioneros, Woodward estuvo también detenido en el barco carguero Lebu, desde donde fue trasladado al Hospital Naval por sus malas condiciones de salud tras las torturas, lugar donde se le perdió la pista el 22 de septiembre de ese año.
El caso permaneció sin ser investigado hasta 2002, cuando su hermana, Patricia Woodward, presentó una querella contra los responsables, incluidos oficiales de
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