Sunday, December 16, 2007

Santa María de Iquique-Segundo día



Lunes 16 de diciembre
Día del Memorial o Petitorio de la Huelga General

Transcurrido ese segundo día de llegadas de obreros a la ciudad, los registros históricos indican que al día siguiente, lunes 16, los huelguistas presentaron a las autoridades sus demandas en un Memorial:

  • Aceptar que mientras se supriman las fichas y se emita dinero sencillo cada Oficina representada y suscrita por su Gerente respectivo reciba las de otra Oficina y de ella misma a la par, pagando una multa de $ 50.000, siempre que se niegue a recibir las fichas a la par.

  • Pago de los jornales a razón de un cambio fijo de 18 peniques.

  • Libertad de comercio en la Oficina en forma amplia y absoluta.

  • Cierre general con reja de fierro de todos los cachuchos y chulladores de las Oficinas Salitreras, so pena de pagar de 5 a 10.000 pesos de indemnización a cada obrero que se malogre a consecuencia de no haberse cumplido esta obligación.

  • En cada oficina habrá una balanza y una vara al lado afuera de la pulpería y tienda para confrontar pesos y medidas.

  • Conceder local gratuito para fundar escuelas nocturnas para obreros, siempre que algunos de ellos lo pida con tal objeto.

  • Que el Administrador no pueda hacer arrojar a la rampla el caliche decomisado y aprovecharlo después en los cachuchos.

  • Que el Administrador ni ningún empleado de la Oficina pueda despedir a los obreros que han tomado parte en el presente movimiento, ni a los jefes, sin un desahucio de 2 a 3 meses, o una indemnización en cambio de 300 a 500 pesos.

  • Que en el futuro sea obligatorio para obreros y patrones un desahucio de 15 días cuando se ponga término al contrato.


Este acuerdo una vez aceptado se reducirá a escritura pública y será firmado por los patrones y por los representantes que designen los obreros.



Se dice que ese lunes, temprano en la mañana, las autoridades destinaron un rancho diario para los huelguistas, compuesto de desayuno, almuerzo y comida y a partir de ese momento se comienzan a realizar las innumerables conversaciones con los sectores que representaban los intereses patronales, especialmente con las autoridades locales y representantes del Gobierno de la República, los que a su vez y en forma independiente se reunían con los salitreros y portavoces de la aristocracia de la ciudad, para quienes la situación era amenazante, puesto que sus intereses privados se veían en riesgo con tanta gente pobre por las calles, era una muchedumbre venida de todas partes de la pampa en busca de sus derechos y esto inquietaba profundamente al vecindario de alto nivel social que los veía como rotos o peonada conflictiva, por lo que se cerró el comercio y los domicilios particulares, muchas de estas personas viajaron a Arica para protegerse y otros se refugiaron en los buques de la Armada. Respondiendo a esta preocupación, el Gobierno de Montt envió a través de su jefe de gabinete, Rafael Sotomayor, un segundo radiograma que ordenaba: “Para adoptar medidas preventivas, proceda como en estado de sitio. Avise inmediatamente oficinas, prohibición gente bajar a Iquique. Despache fuerza indispensable para impedir que lleguen, usando todos los medios para conseguirlo. Fuerza pública debe hacer respetar orden cueste lo que cueste. Esmeralda va en camino y se alistan más tropas”.


Nuestra memoria histórica personal que cubre el transcurso de nuestras vidas, nos recuerda momentos como los vividos en ese instante en Iquique, cuando el Estado y sus poderes responden rápida y eficientemente a las peticiones de los empresarios chilenos e inversionistas extranjeros y no a las nuestras que son de un derecho tan básico como es tener un sueldo digno de acuerdo al costo de la vida, para terminar con la inequidad histórica de contribuir con nuestro hambre a las crisis económicas y al desarrollo del país.


La historia de Iquique cuenta que ese lunes se unieron a los huelguistas acantonados en Iquique mil quinientos pampinos más, procedentes de la Oficina Lagunas y mil trescientos de la Oficina San Donato. Además, como adhesión al movimiento de los pampinos pararon sus actividades más sectores obreros de la ciudad, aparecieron entonces más patrullas militares circulando por las calles sin registrarse detenidos por ningún tipo de desórdenes.

(fragmento de Santa María de Iquique Memoria Histórica de un Pueblo Masacrado)

Angélica Palleras


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